viernes, 2 de septiembre de 2011

EL ESCRITOR VERACRUZANO SERGIO GALINDO A 85 AÑOS DE SU NATALICIO


El escritor Sergio Galindo afirmó alguna vez que en la tragedia se sentía como pez en el agua, y que los avatares humanos, más que lamentables, eran una buena oportunidad para aprender, desaprender y reinventarse.
A 85 años de su nacimiento y más de 18 de su muerte, Sergio Galindo continúa siendo una presencia indispensable de las letras mexicanas y de esa literatura con sangre y latidos propios que se forjó a costa de comprender el realismo y a la vez el surrealismo y misticismo de la cultura mexicana.
Perteneciente al  grupo de los autores de la mitad del siglo XX, Galindo dotó a obras como Otilia Rauda Polvos de arroz, de esos ingredientes trágicos y arquetípicos que se convertirían en su sello personal a lo largo de una destacada carrera literaria.
Con personajes que parecen apartados de lo que llamaba “la corriente humana” y con los que ha conmovido a varias generaciones de lectores, Galindo encuentra también en el realismo y el drama las vías idóneas para jugar con el humor negro.
         Con su mirada ácida, el autor podía dotar lo mismo a una mujer obesa de más de 100 kilos de un súbito despertar sexual o crear una disímbola existencia para la protagonista de Otilia Rauda, a la que el escritor describía como el prototipo del dicho “cuerpo de tentación, cara de arrepentimiento”.
         El escritor nació en Xalapa un 2 de septiembre de 1926 y después de una niñez precoz en el que el acercamiento a los libros se dio a temprana edad, viajó a la ciudad de México para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras  de la UNAM.
         Fue profesor en la Escuela de Teatro de Xalapa donde impartió la materia de Estética y a partir de 1951 comienza a escribir numerosos relatos que publica en la edición La máquina vacía, que le permite obtener la beca del Centro Mexicano de Escritores con la que logra escribir su primera novela, titulada La justicia de enero, publicada en 1959.
         Fundador de la editorial de la Universidad Veracruzana, Galindo fue también precursor de la difusión cultural a través de publicaciones periódicas como lo fue la revista La Palabra y el hombre, considerada hoy por los especialistas como una de las revistas más emblemáticas del medio literario, forjando el puente cultural entre la década de los cincuenta y los sesenta.
         Con novelas como La comparsa (1964) y Nudo (1970), Galindo da muestra de ser un escritor completamente maduro y en el mejor momento de sus capacidades creativas, dotando a sus personajes de una estela arquetípica que hasta la fecha continúa brindando lecturas.
         Las novelas y relatos de Galindo, alimentaron también a la industria cinematográfica nacional, siendo llevadas al cine tanto la edición de El hombre de los hongos, por Roberto Gavaldón, como la adaptación de su Otilia Rauda, que la cineasta Dana Rotberg bautizó como La mujer del pueblo.
         En 1975, Sergio Galindo se convirtió en miembro de número de la  Academia Mexicana de la Lengua, a la vez que incursiona en el teatro con la adaptación de obras como Un dios olvidado y Este laberinto de hombres.
         Se mantuvo activo en las letras hasta sus últimos días, publicando en los años ochenta el célebre volumen de cuentos Terciopelo violeta, convirtiéndose de inmediato en uno de los preferidos de sus numerosos lectores.
         Sus libros han sido traducidos al francés,  inglés  y alemán, recibiendo reconocimientos como el Premio de Novela Mariano Azuela,  la Condecoración Mérito de Cultura, del gobierno de Polonia, la Honorary Officer of the Most Excellent Order 1975 of the British Empire de Gran Bretaña y la Orden de la Estrella 1977, de Yugoslavia.
         Sergio Galindo murió en 1993 a los 67 años de edad. Desde el 2006, la Universidad Veracruzana difunde su legado y le rinde homenaje a través de la convocatoria del Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo.
Tomado de Conaculta.

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