lunes, 17 de agosto de 2009

UN MUNDO AL REVES

Punto de Vista
Jesús Martínez Álvarez

Patas arriba, el mundo al revés, es el título de un libro de Eduardo Galeano que, entre otras cosas, señala: “el plomo aprende a flotar y el corcho, a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos. El mundo al revés desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo.

Un mundo al revés es un país en donde la contradicción es la regla y lo correcto la excepción: necesita crecimiento económico y se posterga; necesita empleos y obstaculiza su generación; requiere nuevas empresas y complica el crédito; precisa confianza pero domina la desconfianza.

Un mundo al revés es cuando se demanda simplificación, pero se entroniza la complejidad; donde el sistema tributario es tan complicado, que pagar impuestos es prácticamente imposible; donde no se puede hacer una planeación a largo plazo porque las reglas cambian de un momento a otro.

Es un país en que un diputado federal electo tiene orden de aprehensión y sin embargo tramita sus papeles para ocupar el cargo sin ningún problema. Es un país en donde el hermano de un senador es dueño de una bodega donde las autoridades encuentran varias toneladas de droga y no solo no se le detiene, sino que se ofrece disculpas a toda la familia.

Es un país donde las desigualdades son cada día mayores, pero se cobran las más altas tasas de interés en créditos y en comisiones por servicios que prestan los bancos.

Si usted está pensando que seguimos hablando del libro de Galeano, se equivoca, estamos hablando de la realidad.

En los últimos meses, las autoridades de nuestro país han venido anunciando “profundas” medidas anticrisis que, hasta el momento, no se han reflejado en la economía y, por otra parte, las noticias son cada día más desalentadoras.

El Banco de México pronostica una caída del 7.5% por debajo del PIB; las remesas que envían nuestros paisanos que trabajan en el vecino país del norte, volvieron a caer un 15% y por supuesto, el desempleo sigue a la alza.

Ya hemos comentado que hoy en día existen poco más de 26 millones de personas que tienen una tarjeta de crédito y que las altísimas tasas de interés que cobran los bancos propician que un mayor número de usuarios no paguen oportunamente.

Nuestras autoridades siguen pensando que las tasas de interés y las comisiones bajarán cuando se de la libre competencia entre los bancos o cuando las leyes del mercado así lo establezcan.

Como no puede existir competencia entre seis bancos que controlan toda la actividad y el libre mercado no logra bajar las tasas de interés ni mucho menos las comisiones, es obligación del gobierno hacerlo. En más fácil pensar que los bancos pacten una tasa piso de 80% de CAT y para arriba “será la competencia”.

Cuando alguien se atreve a solicitar que las tasas de interés o las comisiones bajen porque son las más altas del mundo, de inmediato empresarios, banqueros y autoridades se encargan de propagar que, en caso de tomar esta medida, los “capitales” saldrían huyendo, cancelarían los créditos y los usuarios caerían en manos de los agiotistas.

Desde luego, estos argumentos, además de ridículos, carecen de lógica si se realiza un breve análisis de la situación de los bancos en nuestro país.

La Asociación de Bancos de México (ABM) calculó que en junio de 2008, la tasa de interés promedio de las tarjetas de crédito fue de 32% anual. Por otra parte, el Banco de México reporta que en promedio la banca pagó por los depósitos, una tasa de interés de 4%.

El promedio de las tasas de interés al consumo, anda en el orden del 80% de Costo Anual Total (CAT), que prorrateado con las tasas a las empresas y a la vivienda, que son más bajas, nos da ese promedio de 32% anual, que de manera engañosa proporciona la ABM.

Si al ahorrador le pagan el 4% de interés anual, los bancos obtienen, en este tipo de tarjetas, una utilidad de 76%... ¡Qué bueno que no es usura!

El ahorro de los usuarios representa casi el 80% del dinero que maneja la banca en México y del total de crédito que ésta otorga, el 27% se refiere a tarjetas de consumo. Se dice que este 27%, es considerado de “alto riesgo” y que a eso se debe las altas tasas de interés.

De todo el crédito que se da, el comercial representa un 36% de la cartera total y está concentrado en muy pocas empresas, es decir, al problema de la baja actividad crediticia se agrega una enorme concentración en un número muy selecto de empresas y con tasas preferenciales.

Los ciudadanos de este país, esperan que el Banco de México y otras dependencias implemente medidas que se reflejen en la economía familiar. Esto podría ayudar a millones de mexicanos, atrapados con sus tarjetas de crédito, estableciendo como techo una tasa de interés que no sea superior al 30% del Costo Anual Total.

jema444@gmail.com
www.jesusmartinezalvarez.com.mx

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