Aun y cuando hace más de dos mil años ya
se celebraba un festival dedicado a la diosa madre Cibeles y en la Inglaterra del medievo
se consagraba el cuarto domingo de la cuaresma a las madres, el origen del
moderno día de las madres se debe a Anna M. Jarvis, quien paradójicamente nunca
fue madre.
Antes, en 1890 hubo un primer intento por
celebrar a las madres. Mary T. Saseen de Kentucky sugirió a un grupo de
maestras que se hiciera un homenaje anual a las madres cada 20 de abril, el día
del cumpleaños de la suya, pero la idea no prosperó.
En 1892 Robert K. Cummins maestro
religioso de Baltimore propuso recordar a Emily C. Pullman, madre del pastor e
inventor de los carros de tren Pullman con un servicio religioso especial cada
año. La festividad se debería celebrar el domingo más cercano al 22 de abril,
fecha en que murió. Más tarde la celebración se extendió a todas las mujeres
pero la idea no se propagó como su creador hubiera deseado.
En 1902 Fred E. Hering de Indiana
solicitó a la Orden Fraternal
de Águilas que celebrara a nivel nacional a las madres pero su idea tampoco
prosperó.
El amor de Anna M. Jarvis por su madre
era tan grande que prácticamente le consagró su vida.
Al morir ella el 9 de mayo de 1905, el
corazón de Anna se llenó de tristeza, no obstante decidió poner manos a la
obra.
Durante los años siguientes, mientras
vivía entre el desconsuelo y la resignación, perfeccionó la idea de instituir
un día internacional de la madre, en el cual, por supuesto, todos los hijos
rindieran homenaje a sus mamás.
De esa forma, el 10 de mayo de 1908
gestionó que se realizaran servicios religiosos simultáneos en Virginia,
Filadelfia y Pennsylvania en honor de su madre.
Escribió innumerables cartas a
congresistas, gobernadores, empresarios, sacerdotes, periodistas y a un gran
número de personas, proponiéndoles la instauración de una festividad en
conmemoración de las madres.
Poco a poco la iniciativa fue tomando
fuerza y comenzaron a llegarle contestaciones de todo el país.
Dos años después, en 1910, los
gobernadores de Virginia, Oklahoma y Washington declararon oficial el festejo.
En menos de un año todos los demás
estados siguieron su ejemplo.
En diciembre de 1912 la señorita Jarvis, nacida
en 1864 en Filadelfia, fundó la
Asociación del Día Internacional de la Mujer.
En 1914 las cámaras de representantes y
senadores, dictaminaron resoluciones solicitando al presidente la proclamación
oficial del día consagrado a las madres.
El 9 de mayo de 1914 el presidente
Woodrow Wilson ordenó que en todos los edificios públicos se desplegara la
bandera e invitó a los ciudadanos a hacer lo mismo en honor a las madres,
instituyendo el segundo domingo de mayo como el día oficial de las Madres.
Casi enseguida la celebración se extendió
a Canadá y después a todo el mundo.
Por su parte, la señorita Jarvis, quien
nunca se casó, paulatinamente perdió a su hermana, su casa y finalmente la visión,
mientras daba cuenta del comercialismo en que había degenerado su iniciativa,
concebida originalmente como una conmemoración religiosa.
En 1944, enferma y sin un centavo, fue
internada en un hospital de Pennsylvania hasta que murió en 1948.
En México Rafael Alducin retomó la
idea y desde la tribuna de su periódico, el Excélsior, propuso a sus lectores
instituir el Día de las Madres.
La invitación se publicó el 13 de
abril de 1922 y tuvo tal éxito que el 10 de mayo de ese mismo 1922 se celebró
por primera vez en México el Día de las madres.
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