PATRIMONIO CULTURAL



PROYECTO DEL CENTRO HISTÓRICO
Por Carlos Vergara Sz.
www.carlosvergarasz.wordpress.com
Del año 2000 al 2004 tuve la oportunidad de participar en el Comité Consultivo del Centro Histórico de Córdoba gracias a una invitación de José Antonio Nieto Velásquez, en ese momento recién nombrado presidente de ese organismo ciudadano.
Durante esos cinco años me desempeñé como secretario del comité y participé activamente en la planeación, las gestiones y el trabajo de regenerar nuestro Centro Histórico.
La participación de nosotros como ciudadanos apoyando a los gobiernos municipales, estatal y federal --a través del INAH--, rindió frutos muy interesantes.
Quien recuerde cómo era nuestro Centro Histórico a fines del siglo pasado y lo compare con el que tenemos hoy, creo que coincidirá en que hay una diferencia sustancial.
No obstante, aún falta mucho por hacer.
Muchos proyectos se quedaron sin terminar y están dadas las condiciones para que se echen a andar.
En los próximos renglones enumeraré algunas de las propuestas que los miembros del Comité elaboramos en aquel momento y otras que he adicionado para que puedan ser tomadas en cuenta por las autoridades.

Objetivos

El Centro Histórico de Córdoba se compone básicamente de nueve manzanas en un perímetro que inicia en la intersección de la avenida 2 y calle 2, baja por toda la avenida hasta la calle 5. Desde ahí corre sobre la calle hasta la avenida 5. A partir de ese punto sube hasta la calle 2 y de ahí corre hasta la avenida 2 para cerrar el cuadrilátero, ya que, como ya se dijo, es un cuadrado de nueve manzanas.

El Centro Histórico de Córdoba es Zona de Monumentos Federales por decreto presidencial.
La idea principal en la que coincidimos autoridades y ciudadanos es que el Centro Histórico debe ser un lugar de encuentro para disfrute de los cordobeses y personas que nos visitan.
Para lograr ese fin nos planteamos varios objetivos:
1.        Regresarle al ciudadano el uso y disfrute del Centro Histórico.
2.        preservar la arquitectura de los edificios de que consta nuestro Centro Histórico.
3.        recuperar y embellecer los inmuebles que se encuentran deteriorados.
4.  recuperar para el ciudadano esos rincones que hoy se han convertido en lugares abandonados, inútiles o subutilizados.
5.        fomentar un mayor número de actividades culturales y artísticas.
6.        captar un mayor número de turistas que visiten nuestra ciudad y específicamente el Centro Histórico.
7.        promover la inversión económica en el lugar.
8.        hacer que retorne de manera significativa la actividad comercial al Centro Histórico.
9.        cuidar el entorno ecológico.
10.     hacer conciencia entre la ciudadanía, y la niñez específicamente, sobre el valor del Centro Histórico de nuestra ciudad.

Acciones
Para conseguir que estos diez objetivos se cumplieran los miembros del Comité propusimos igual número de acciones a realizar para convertir el Centro Histórico en un enorme lugar de convivencia donde concurran todos los sectores de la población:
Estas son:
1.        cerrar el perímetro del Centro Histórico al paso de vehículos automotores durante el fin de semana, es decir, del viernes a la medianoche hasta el lunes a primera de hora de la mañana, tal como hacen las ciudades más avanzadas.
2.        durante la semana, pero específicamente sábados y domingos, promover la instalación de artistas locales y foráneos, conciertos, exhibiciones y exposiciones al aire libre y en lugares cerrados tanto para la difusión de su obra como de la cultura por sí misma.
3.        instalar placas, monumentos, estatuas y bustos que difundan la riqueza histórica del Centro Histórico, tales como: antiguos nombres de las calles y avenidas, biografías de cordobeses célebres, crónica de hechos históricos y leyendas.
4.        Ampliar la promoción, exhibición y venta de productos típicos de la ciudad como artesanías, dulces, cerámica, productos de café, y en general toda manufactura característica de la ciudad y no sólo se apueste por Manos Veracruzanas.
5.        promover entre los propietarios en conjunto con los tres órdenes de gobierno y el Instituto Nacional de Antropología e Historia el rescate, embellecimiento y remodelación de los monumentos y edificios históricos ubicados en el Centro Histórico.
6.        unida a la recuperación de los edificios y el incremento en la oferta cultural y artística, promover el turismo cultural en la ciudad de Córdoba.
7.        en armonía con la arquitectura del Centro Histórico, incorporar el mayor número de áreas verdes con el objeto de, además de embellecer la zona, cuidar el entorno ecológico.
8.        abrir otros espacios culturales, como el Museo del Café, o el de las Tres Culturas, una nueva biblioteca, etcétera.
9.        Crear el corredor turístico-cultural Centro Histórico-Barrio de San Sebastián, uno de los más antiguos y mejor conservados de Córdoba.
10.     Concretar la apertura de la zona arqueológica de Tuxpan.
11.     Hacer un rediseño para hacer viable turísticamente el paseo del Río San Antonio.
12.     A un plazo más largo remodelar las riberas del río San Antonio (colonia México, ex Vía del Huatusquito) para hacer un circuito cultural.
13.     difundir por medio de diferentes mecanismos y con mayor intensidad el valor del Centro Histórico entre la población para hacer conciencia de la importancia de su valor y del potencial turístico y, por ende, de los beneficios económicos que genera su aprovechamiento.

Sin duda, un aspecto en el que coincidimos en esa época, --y aun ahora--, ciudadanos y autoridades es que el Centro Histórico de Córdoba tiene un potencial económico y cultural que todavía no es explotado adecuadamente.
Existen una buena cantidad de recursos que se pueden solicitar a los gobiernos federal y estatal, los que sumados a los municipales, se pueden invertir en el mejoramiento del Centro Histórico.
Lo único que se requiere, acaso lo más importante, es unir esfuerzos autoridades y ciudadanos y fijar un objetivo común: el Centro Histórico.


EL MUSEO DE ARTE DE VERACRUZ, UN ORGULLO DE ORIZABA


El Museo de Arte del Estado de Veracruz (MAEV) ofrece un recorrido por la historia del arte veracruzano gracias a una de las más importantes  colecciones que existen en nuestro país, especialmente sobre arte del siglo XIX.
El acervo del Museo aporta al conocimiento del arte mexicano la obra más sobresaliente de artistas orizabeños que se formaron en la Academia de San Carlos de México, entre los que destacan los pintores José Justo Montiel, Fidencio Díaz de la Vega, Ramón Sagredo y Tiburcio Sánchez, y de la primera mitad del siglo XX, las obras de los también académicos Ignacio Rosas y Gonzalo Argüelles Bringas, así como los tlacotalpeños Alberto Fuster y Salvador Ferrando; José Obregón y el español José Escudero y Espronceda; los catalanes José Cusachs, Joan Bernadet y Aguilar, llegado a México a finales del XIX y radicado en Veracruz hasta su muerte.
En el MAEV se muestra la maravillosa producción realizada a finales del siglo XIX y principios del XX por los maestros Eugenio Landesio, Juan Cordero, José María Velasco y Carlos Rivera, quienes influyeron en gran medida en la producción artística veracruzana.
A la obra pictórica se suman las diversas colecciones de gráfica del siglo XIX de artistas viajeros  entre los que destacan Humboldt, Linati, Rugendas, Bullock, Haverfield y muchos otros quienes, por afán científico o por aventura, dieron a conocer en Europa al Nuevo Mundo y dejan el testimonio plástico de su admiración y asombro sobre tipos y costumbres, la belleza del paisaje veracruzano, muy particularmente del Citlaltepetl o Pico de Orizaba.
La Colección Diego Rivera del Museo de Arte del Estado de Veracruz es una de las más completas de la obra de caballete compuesta por obras de los diversos temas abordados por el artista guanajuatense en todo su ejercicio plástico: retratos, paisajes, bodegones, desnudos, cuadros costumbristas y dibujos.
El Museo de Arte del Estado de Veracruz, inaugurado el 27 de noviembre de 1992 en el Antiguo Oratorio de San Felipe Neri, una de las creaciones finiseculares más representativas con rica decoración en relieves de argamasa, construido a finales del siglo XVIII, con el propósito de rendir culto a la Virgen de Guadalupe, alberga entre sus muros más de 700 piezas entre pintura, dibujo, estampa y técnicas mixtas, así como 352 publicaciones de los siglos XVIII, XIX y primera mitad del XX. Durante más de 19 años, el museo se ha dedicado a exhibir e investigar este rico patrimonio cultural de los veracruzanos.
A través de su colección, el MAEV ofrece a sus visitantes más de 100 años de arte e historia en Veracruz, un programa de exposiciones temporales, conferencias relacionadas con el arte y la cultura y visitas guiadas con títeres los domingos a las 12:00 y para grupos escolares con previa reservación.
Bajo la dirección de Milena Koprivitza Acuña, el Museo de Arte del Estado de Veracruz se encuentra ubicado en la calle Oriente 4 sin número, entre sur 23 y 25, en el centro de la ciudad de Orizaba. Está abierto al público de martes a domingo de 10:00 a 19:00 horas. Mayores informes, en el (272) 724-32-00.

FUENTE: MAEV


Patrocinador


EL CORREDOR CENTRO HISTÓRICO-BARRIO DE SAN SEBASTIÁN
Por Carlos Vergara

Por ser uno de los más antiguos de Córdoba, el barrio de San Sebastián está repleto de historia, leyendas, edificios y lugares importantes.

Reseñar en este breve espacio la riqueza arquitectónica, cultural e histórica de este lugar sería imposible, pero para conocerla lo invito a leer el número 92 de Magazine Veracruzano.
Sin embargo, hay que reconocer que toda está riqueza en buena medida se encuentra escondida, sin el brillo suficiente para destacar por encima del paisaje gris y monótono de la arquitectura que impera en la ciudad de Córdoba.
Por otro lado, también hay que reconocer que nuestro bello Centro histórico tiene un defecto que salta a la vista de cualquiera: su minúsculo tamaño.
A diferencia de los centro históricos de las ciudades más importantes del país, el de Córdoba apenas abarca nueve escasas manzanas.
La propuesta que en este momento le hago a usted amigo lector es: extender el perímetro del Centro Histórico formando un corredor con el barrio de San Sebastián.
Para tal efecto, tendría que rescatarse el barrio sebastiano, lo que conlleva hacer un diagnóstico que empiece por censar el número de edificios, sobre todo aquellos arquitectónicamente relevantes.
Posteriormente, evaluar su nivel de conservación o deterioro, según sea el caso. Con esos datos, elaborar un programa de rescate y conservación.
Más tarde, dotar al barrio de equipamiento turístico y finalmente unirlo con un puente arquitectónico al Centro Histórico.
Es decir, una transición para que ambos espacios se vinculen uno con el otro hasta hacerlos uno solo.
Por ejemplo, a partir de la esquina de la avenida 3 con la calle 5, donde termina el obispado, y donde termina el Centro Histórico, extender un paseo peatonal sobre la misma calle 5 hasta llegar a la avenida 5 para luego descender hasta la calle 7, donde se encuentra la plazoleta de la Casa Quemada, lugar en el que propiamente inicia el barrio de San Sebastián.
De la plazoleta de la Casa Quemada recorrer hacia la avenida 7 y luego bajar hacia el parque Francisco I. Madero.
La plazoleta de la Casa Quemada, el parque Madero y la iglesia de San Sebastián son los ejes alrededor de los cuales se constituiría el corredor turístico del barrio.
El circuito se complementaría con el mercado de La Garza, además de que existen varios edificios dignos de restaurar, como las dos esquinas frente al parque Madero, el ex cine Zardáin u Olimpia, la notaría de Mendívil (ya restaurada), entre otros.
Con la ejecución de un proyecto de este calibre, los beneficios sociales, culturales, turísticos y económicos se verían potenciados en un barrio que en los últimos años ha adquirido un dinamismo que no había tenido en mucho tiempo, en buena parte por la mala imagen que le dio la terminal del AU.
Aunque en principio parezca una idea utópica, no lo es tanto, ya que se cuentan con dos activos valiosos: la Facultad de Arquitectura, de la que maestros y alumnos pueden aportar mucho, y por sobre todo los habitantes.
Muchos de los vecinos tienen bastantes años de vivir en el barrio y otros muchos, aunque con menos tiempo, se han arraigado con éxito en el lugar, y todos, estoy completamente seguro, cooperarán gustosos en la construcción de lo que sería la nueva imagen de San Sebastián.
Las autoridades municipales tienen la palabra.



Ver mapa más grande










EL CRONISTA DE LA CIUDAD
Por Carlos Vergara con citas de Susana Rotker de su Invención de la crónica. 
El cronista de la ciudad es un arqueólogo del presente.
Debe describir, narrar, relatar, contar, analizar la cultura de la ciudad en su sentido más amplio.
Con gracia narrativa debe describir los sucesos políticos, económicos, sociales y culturales sin descuidar el análisis exhaustivo de la realidad ni la condición humana
La moda, los conflictos, los detalles, la educación, la arquitectura, los adelantos de la ciencia, las bellas artes, las novedades, la ética y la condición humana “a través de imágenes muy cuidadas, de información exhaustiva, de gracia narrativa” hasta realizar una “arqueología del presente”.
Los datos, los hechos curiosos que por sí solos no constituyen una noticia, son temas que debe abordar el cronista de la ciudad.
Él debe encontrar hasta en el más nimio detalle un sentido, una referencia a la cultura y al hombre de la ciudad, su país, su comunidad o su pueblo.
La crónica de una obra teatral, de cómo un panadero ejerce su oficio, de los avatares del hombre común y corriente, pero también del actuar del político, el financiero, la estrella de moda son temas de su atención, sin descuidar los sucesos políticos, económicos, sociales, culturales.
Como decía el mejor periodista del siglo XX Ryszard Kapuscinski: el cronista debe “ver en una gota de agua la naturaleza del mar”, el detalle que nadie vio, la noticia en toda su profundidad, analizada, desmenuzada, narrada con toda la plasticidad posible, como si fuera una película, una película cuya locación es el mundo y los hombres sus protagonistas, y donde el cronista sólo es un humilde contador de historias.


CÓRDOBA REQUIERE DE UNA DIRECCIÓN MUNICIPAL DEL CENTRO HISTÓRICO

Por Carlos Vergara
Córdoba necesita una dirección municipal dentro del organigrama del ayuntamiento que se encargue de su Centro Histórico.

Actualmente diferentes direcciones del Ayuntamiento están involucradas en su conservación y manejo, lo que redunda en una insuficiente atención para este sitio, considerado desde 1991 Zona de Monumentos Federales.
Incluso, dentro del Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (Coplademun), conformado por autoridades locales y ciudadanos, no existe una comisión que atienda de manera específica al Centro Histórico.
En este caso las comisiones de Turismo, y de Infraestructura y calidad de vida comparten responsabilidades, lo que provoca la dispersión en la implementación de políticas encaminadas a su recuperación y preservación.
De hecho no existen políticas para el rescate, conservación, desarrollo y aprovechamiento del Centro Histórico.
Desde siempre las acciones municipales en torno a este sitio se han llevado a cabo más por la buena voluntad de los presidentes municipales que por programas de planeación urbana.
Está por demás decir que en otras ciudades existen direcciones municipales específicas que se encargan del rescate, embellecimiento y aprovechamiento de sus centros históricos.
Por ejemplo, el Centro Histórico de la ciudad y puerto de Veracruz es uno de los más antiguos de México, pero también es uno de los más dañados por falta de políticas encaminadas a su rescate.
Recientemente la comuna de Veracruz instituyó la Dirección del Centro Histórico y los resultados aunque lentos han sido importantes en la zona mencionada.
Y no hay que olvidar que el Centro Histórico de Veracruz fue declarado Zona protegida de Monumentos Federales apenas en 2003, doce años después que en Córdoba.
La Dirección del Centro Histórico de Córdoba debe encargarse de la recuperación, preservación, embellecimiento y uso y aprovechamiento sustentable de la zona.
Para tal efecto debe actualizar la ley reglamentaria ya existente.
Entre otros aspectos debe de otorgársele las atribuciones necesarias para cumplir sus objetivos, dotándole de autonomía que le permita tomar las decisiones correctas con base en criterios técnicos.
Un aspecto importante a considerar debe ser sin duda la participación ciudadana a través de un comité instituido ex profeso.
Generalmente la titularidad de una dirección de Centro Histórico es encomendada a un arquitecto por sus conocimientos en urbanismo, sin embargo, exigir que el director cuente en su currículum con esta profesión, sería limitar las diferentes expresiones de un lugar histórico como el que nos ocupa.
La antropología, la sociología, el arte y la cultura son quehaceres que, a quienes las cultivan, les otorgan muchas de las herramientas necesarias para dirigir el desarrollo del Centro Histórico.
Sin duda, Córdoba puede y debe aprovechar las experiencias de otras ciudades sin olvidar, claro está, la participación de especialistas y de la ciudadanía interesada.
¡Es la hora de crear la Dirección municipal del Centro Histórico!


CONSEJO CONSULTIVO DEL CENTRO HISTÓRICO

Por Carlos Vergara
La participación ciudadana en las decisiones de gobierno es indispensable para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

En este sentido, a la par del rescate del Centro Histórico de Córdoba y de la creación de la Dirección municipal, es de suma importancia la colaboración ciudadana dentro de las políticas para su recuperación, remodelación, conservación, desarrollo y aprovechamiento.
Por ello es vital que se cree el Consejo Consultivo del Centro Histórico.
Integrado de manera plural, por ciudadanos de diferentes profesiones académicas y/o dedicados a actividades vinculadas a la cultura o la historia.
Con interés por preservar el Centro Histórico.
Que participen sin inclinaciones partidistas, de grupo o para aprovechar la posición y desde ahí llevar agua a su molino.
Con disponibilidad de tiempo y para trabajar en grupo.
La creación del Consejo Consultivo del Centro Histórico está fundamentado en la Ley de Desarrollo Regional y Urbano del Estado de Veracruz vigente.
Para su creación el presidente municipal deberá convocar a través de los medios de comunicación a los ciudadanos interesados, sin exclusión de invitar a aquellos que por su trayectoria considere comprometidos para participar en él.
Una vez instalado el Consejo se deberán conformar grupos de trabajo sobre temas específicos, que deberán aportar sus conclusiones en cada asamblea que se lleve a cabo.
En esas reuniones la autoridad municipal escuchará los planteamientos y propuestas de los ciudadanos para su posterior implementación.
Como lo comenté en otra oportunidad, la creación de la Dirección municipal del Centro Histórico es otro punto fundamental para el rescate y preservación de esta Zona de Monumentos Federales.
Este funcionario deberá ser el interlocutor y el canal de comunicación del Consejo Consultivo con el presidente municipal.
De esta manera con
1.- una Dirección municipal específica que atienda el Centro Histórico.
2.- un Consejo Consultivo ciudadano.
3.- un Programa especial de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional y Urbano del patrimonio histórico y arqueológico, y
4.- un reglamento del Centro Histórico.

Como muestra basta un ejemplo: las últimas obras de recuperación y remodelación del Centro Histórico, --que se hicieron entre el 2000 y el 2004-- fueron posibles gracias a la participación de la ciudadanía y el trabajo conjunto con el gobierno municipal.
Hay que aprovechar esa experiencia.