miércoles, 20 de julio de 2016

EL CORDOBÉS JORGE CUESTA, VÍCTIMA DE LOS ATAQUES DE DIEGO RIVERA Y SU EX ESPOSA LUPE MARÍN

Jorge cuesta, Lupe Marín, Diego Rivera.
Tres figuras de la cultura mexicana del siglo XX que el destino unió y terminó en tragedia para el escritor cordobés.
Poema de Los Contemporáneos donde se burlan de Diego Rivera.
Diego Rivera, siendo un famoso pintor pero radicado en Europa por diferencias con las ideologías del México de la época, regresa a su país en 1921, llamado por el entonces presidente Álvaro Obregón, bajo el impulso del ex Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos. 
Conoce a la enigmática y bella Lupe Marín y contrae nupcias con ella, en el año de 1922, en la Iglesia de San Miguel de la ciudad de Guadalajara. 
Fue su primera y única esposa ante el acto civil y ante el acto religioso.
Tuvieron dos hijas pero su matrimonio fue un fracaso. Se separaron y Diego se fue a Rusia.
En el mismo año, 1927, Jorge Cuesta y Lupe Marín se conocen entonces y ella se va a vivir al lado del poeta y surge a partir de ese hecho una rivalidad entre Diego Rivera y el cordobés.
De alguna forma, la rivalidad se traslada al campo cultural, Rivera y su grupo es impulsor del nacionalismo como forma de identidad ante el mundo, mientras que Los Contemporáneos, grupo al que pertenecía Jorge Cuesta y varios intelectuales de gran talla intelectual, proclaman que México debe insertarse en el mundo a través de los valores occidentales en boga, es decir, México y los mexicanos debían ser contemporáneos de las naciones y los ciudadanos del mundo actual.
Lupe Marín, al lado del poeta Jorge Cuesta, sensibiliza una cualidad que no había explorado hasta entonces, la de escribir, que combina con una ácida crítica social y dirigida especialmente hacia personajes de la vida pública.
Lupe Marín y Jorge Cuesta se separan en 1932.
Ella seguía enamorada de Diego Rivera a quien sigue frecuentando, incluso a pesar del matrimonio del pintor con Frida Kahlo (1929).
Es aquí donde Lupe Marín y Diego Rivera deciden ajustar viejas cuentas con Jorge Cuesta.
Dice Elena Poniatowska, biógrafa de la mujer, que a Jorge "Lupe nunca dejó de compararlo con Rivera”, aun estando casados.
Lupe Marín escribe una novela, La única, donde ataca con infundios a personajes de la vida pública, entre ellos al mismo Cuesta.
Ahí dice que al conocer al escritor se prende de él con “amor a primera incongruencia”.
Este libro, de acuerdo con Miguel Capistrán, estudioso de la obra de Cuesta, fue un “acto de despecho” contra el cordobés.
Además, en La única acusa a Cuesta de practicar la homosexualidad encubierta y de un intento de incesto con una hermana menor de él.
La novela de Marín, según Capistrán, sólo enriqueció la “leyenda negra” de Cuesta, a quien se atribuye un intento de castración con desarmador meses antes de culminar su suicidio al colgarse de los barrotes de la cama de un hospital psiquiátrico con los cordones de su camisa de fuerza, y romperse las vértebras.
El aporte de Diego Rivera a este libro infame es en la portada, pues contiene un diseño de su autoría, en el que Lupe Marín y su hermana Isabel sostienen en una charola la cabeza de Cuesta, en venganza por haberle arrebatado a su esposa.
Esta referencia a la hermana de Lupe Marín, es porque cuesta escribió un poema llamado precisamente “La única”, dirigido tanto a Lupe como a su hermana Isabel (arqueóloga-antropóloga de prestigio). Sin embargo, no se ha encontrado ninguna versión del poema “La única”.
La perfidia de Lupe Marín era conocida desde antes de la publicación de su novela. Elena Poniatowska revela que en la boda de Kahlo y Rivera, Lupe, fuera de sí, consumida por la envidia, se lanza hacia la novia, levanta su enagua y grita ante todos los invitados: “Miren, miren por qué par de piernas me cambió Diego Rivera”.   
Así, no es de extrañar que ante los desvaríos mentales que sufre Jorge cuesta hacia el final de la década de 1930, Lupe le cuenta al médico los presuntos incestos, sus aberraciones sexuales y su homosexualidad reprimida. 
Cuesta se ahorca en el manicomio.
“Lupe traiciona a Cuesta”, concluye Poniatowska.



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