jueves, 14 de junio de 2012

HIJO DE PERIODISTA ASESINADO PIDE PROTECCIÓN PARA REPORTEROS VERACRUZANOS


            Tras el asesinato de su familia y cinco de sus colegas, el reportero y fotógrafo Miguel Ángel López Solana urgió a las organizaciones periodísticas protección para los comunicadores en Veracruz, estado de la costa del Golfo de México el martes 22 de mayo durante el Décimo Foro de Austin dedicado este año a la Seguridad y Protección de Periodistas.
            “Me preocupan mis compañeros en Veracruz”, dice este periodista de 31 años quien perdió a su padre Miguel Ángel López Velasco, jefe de redacción y columnista del periódico Notiver; a su hermano Misael López Solana, reportero del mismo diario; y a su madre, Agustina Solana, la madrugada del 20 de junio de 2011 cuando sujetos armados allanaron su casa y les dispararon mientras los tres estaban dormidos.
            “Desde que asesinaron a mi familia las cosas tuvieron que cambiar y no tendríamos que lamentar más muertes en Veracruz”, dijo López Solana en relato que dejó en silencio a los asistentes del Foro de Austin organizado por el Centro Knight para el Periodismo en las Américas y por las Open Society Foundations. López Solana asegura que los periodistas de Veracruz carecen de apoyo de organizaciones no gubernamentales mientras que las autoridades estatales mantienen los crímenes contra periodistas en la impunidad.
            Tras el sepelio de su familia, López Solana abordó un avión hacia la Ciudad de México donde recibió apoyo del periódico La Jornada, el cual le advirtió que no contaban con medidas suficientes para proteger su vida y le aconsejaron salir del país. Tras una espera de seis meses, López decidió actuar por cuenta propia, tramitar una visa de turista para entrar legalmente a Estados Unidos y desde Texas, solicitar asilo político. “Yo huí, huí hasta que me agarró la noche”, relata sobre su trayecto de la capital veracruzana hasta la frontera mexicana con Estados Unidos.
            López Solana denuncia que sus colegas Gabriel Huge, Esteban Rodríguez y Guillermo Luna, de Notiver, fueron amenazados de muerte y despedidos al encontrarse en riesgo. Daniela Pastrana, de la organización Periodistas de a Pie, afirma que una amenaza de muerte contra un periodista resulta en despidos injustificados en los medios de Veracruz.
            Según López Solana, autoridades de Veracruz advirtieron a los dueños de los medios locales que si contrataban a cualquiera de estos tres fotógrafos, se les retiraría publicidad de sus medios. “Así es, en México, ‘el que paga manda’”, aseguró.
            En la conferencia, López Solana también explicó la conexión entre el asesinato de su padre, un veterano de la cobertura policiaca en Veracruz, con el asesinato de Yolanda Ordaz, degollada en julio de 2011, y el reciente asesinato de Gabriel Huge junto con dos fotógrafos más desmembrados y torturados a principios de mayo de 2012. “Mi padre, Yolanda Ordaz y Gabriel Huge eran el uno, dos y tres de la redacción de Notiver”, asegura. Los tres eran los que tenían mayor antigüedad en el periódico, el de mayor circulación en Veracruz, y trabajaban siempre en equipo para obtener información.
            Ante los rumores de que Ordaz había colaborado con grupos del crimen organizado, López Solana respondió: “No saben la violencia que ejercen contra nosotros (los periodistas). En Veracruz, no trabajas para el narco, sólo sobrevives”, dijo. Su padre conocido con el seudónimo de ‘Milo Vera’ era un experto en temas de narcotráfico quien dejó de escribir sobre el tema por temor a las amenazas y desde 2007, dedicaba sus columnas ‘Va de nuez’ a denunciar la corrupción del sistema judicial y policiaco de Veracruz.
            En su petición de asilo político, López Solana y su esposa están representados por el abogado Carlos Spector, quien ya ha conseguido refugio para otros dos periodistas mexicanos en Estados Unidos, de acuerdo con el sitioTexas Observer.
            “En Veracruz ya doblegaron al empresario, al político pero al periodista no lo han podido doblegar y por eso lo matan”, asegura. Con el homicidio de la reportera Regina Martínez, suman ocho periodistas asesinados en 10 meses en Veracruz, considerado uno de los 10 lugares más peligrosos del mundo para los periodistas de acuerdo con la organización Reporteros Sin Fronteras.
            Finalmente, López Solana invitó a las organizaciones participantes del Foro de Austin a realizar un evento similar en Veracruz. “Los periodistas allá están muy solos y no tienen apoyo. Viven con miedo y terror”, asegura.

domingo, 10 de junio de 2012

San Antonio de Padua, más que un buscador de objetos perdidos


            

            Antonio de Padua es conocido popularmente como el santo que ayuda a los desesperados a encontrar objetos perdidos.
            Pero en vida, San Antonio fue un teólogo destacado.
            Este hombre nació en Lisboa pero desarrolló su labor religiosa en Italia.
            Nació en el 1195, en plena Edad Media. Profesó primero a la orden de los agustinos pero a los veinte años ingresó a la de los franciscanos.
            Conoció personalmente a san Francisco de Asís y por recomendación suya estudió teología.
            Fue docente en las universidades de Bolonia y Montpellier.
            Fue predicador incansable y como estudioso de la Biblia combatió con vehemencia las herejías de su época.
            Falleció el 13 de junio de 1231 en Arcella, en las cercanías de Padua, Italia.
            Ese mismo año fue canonizado por el papa Gregorio IX.
            En 1946 fue proclamado doctor de la Iglesia por Pío XII.
            San Antonio es el patrón de Padua y de Portugal.
            Su festividad se celebra el 13 de junio.
            En Córdoba se levanta desde finales del siglo XVII una iglesia donde se venera a este santo. Aunque primero fue convento, es la más antigua de las iglesias que se conservan en la ciudad.
            Su historia la puedes conocer en el número de este mes de Magazine Veracruzano, que está a la venta en puestos de revistas.

lunes, 4 de junio de 2012

Las contrarrevoluciones desde el Congreso


Si conociéramos nuestra historia, y además tuviéramos memoria, los mexicanos no estaríamos cometiendo el mismo error que hace 101 años y que hace 190 años.
            Hagamos un repaso breve: en 1820, cuando los insurgentes estaban reducidos en las montañas, surgió de las filas conservadoras un hombre que encauzó las ansias de libertad de la casi totalidad de los mexicanos.
            Bajo su manto se agruparon los insurgentes, quienes reconocieron su liderazgo.
            En menos de un año logró lo que los insurgentes no pudieron conseguir en diez de sangrienta lucha: nada menos que la independencia.
            Este personaje se llamó Agustín de Iturbide.
            Fue aclamado y sin reparos fue ungido como el primer gobernante.
            Hasta ahí todo iba bien. Como en cualquier otra parte del mundo, el héroe asumió el poder.
            Pero.
            A diferencia de las demás naciones, el ídolo pronto fue repudiado. El hombre que tranquilamente pudo haberse quedado en su casa, el mismo que tuvo la valentía, la fortaleza y la sapiencia para derrocar el régimen, fue acusado de falto de voluntad para dirigir al país.
            Iturbide no fue un demócrata, pero pudiendo hacerse del poder absoluto, se sometió voluntariamente al contrapeso del poder legislativo.
Ese primer Congreso fue una caterva de grillos que lo único que hizo fue obstaculizar al gobierno.
Ese Congreso estaba compuesto por dos facciones enemigas entre sí, escoceses y yorkinos, que no dudaron en entablar una alianza de facto para derrocar al gobernante. Y lo lograron.
Mandaron al exilio al gobernante y lo terminaron asesinando.
Después, esas dos facciones casi acaban con el país.
* * *
            Noventa años después se repitió la historia.
            Tres décadas después de una férrea dictadura, surgió de las filas conservadoras un hombre que encauzó las ansias de libertad de la casi totalidad de los mexicanos.
            Ese hombre se llamaba Francisco Ignacio Madero.
A su alrededor se agruparon los contrarios al régimen, quienes reconocieron su liderazgo.
            En menos de un año de lucha política y armada logró lo que otros mexicanos no pudieron conseguir en tres décadas: nada menos que la caída del dictador y la instauración de la democracia.
            Madero fue aclamado y por unanimidad fue ungido como gobernante.
            Hasta ahí todo iba bien. Como en cualquier otra parte del mundo, el héroe asumió el poder.
            Pero.
A diferencia de las demás naciones, el ídolo pronto fue repudiado.
Madero pudo haber utilizado el poder para ejercer una presidencia autoritaria.
No obstante, respetó como ningún otro gobernante la libertad de expresión, las garantías individuales y sobre todo respetó a los demás poderes, el legislativo y el judicial, porque estaba convencido que eran necesarios para la vida democrática del país.
El hombre que tranquilamente pudo haberse quedado en su casa, el mismo que tuvo la valentía, la fortaleza y la sapiencia para derrocar el régimen, fue acusado de falto de carácter para dirigir al país.
Los periódicos lo atacaban diariamente tachándolo de pusilánime.
El Congreso se convirtió en un nido de víboras que obstaculizaron al nuevo gobierno con toda suerte de tácticas para no aprobar los cambios que Madero demandaba.
Ese primer Congreso fue una caterva de grillos que lo único que hizo fue obstaculizar al gobierno.
Ese Congreso se distinguió por boicotear las reformas maderistas y mantener el status quo del régimen porfirista.
Ese Congreso fue uno de los artífices del derrocamiento de Madero y de su asesinato.
Después el país se convirtió en un inmenso campo de batalla que ensangrentó al país durante varios lustros.
* * *
            Otros noventa años después, setenta de ellos bajo una dictadura unipartidista, surgió de las filas conservadoras un hombre que encauzó las ansias de libertad de la casi totalidad de los mexicanos.
            Ese hombre se llama Vicente Fox.
Su liderazgo aglutinó a gran parte de los mexicanos, quienes reconocieron su liderazgo.
            En poco tiempo de lucha política logró lo que otros mexicanos no pudieron conseguir en varias décadas: la caída del partido hegemónico.
            Fox fue aclamado y ungido como gobernante.
            Hasta ahí todo iba bien. Como en cualquier otra parte del mundo, el caudillo asumió el poder.
            Pero.
A diferencia de las demás naciones, el ídolo pronto fue repudiado.
Fox pudo haber utilizado el poder para ejercer una presidencia autoritaria.
No obstante, respetó la libertad de expresión, las garantías individuales y sobre todo respetó a los demás poderes, el legislativo y el judicial, porque estaba convencido que eran necesarios para la vida democrática del país.
El hombre que tranquilamente pudo haberse quedado en su casa, el mismo que tuvo la valentía, la fortaleza y la sapiencia para derrocar el régimen, fue acusado de falto de carácter para dirigir al país.
Los periódicos lo atacaban diariamente tachándolo de pusilánime.
El Congreso se empeñó en obstaculizar al nuevo gobierno.
Ese Congreso, mayoritariamente compuesto por dos facciones enemigas del nuevo presidente, se distinguió por boicotear las reformas foxistas y mantener el status quo del régimen “revolucionario”.
Y lo lograron.
Junto con los grandes medios de comunicación lograron permear entre la población la idea de un “cambio fallido por incapacidad del presidente”.

            Iturbide, Madero y Fox.
            Con sus grandes defectos, pero los tres consumaron las revoluciones que los mexicanos anhelaban.
            Sus enemigos, valiéndose de las libertades respetadas por los caudillos, ejecutaron desde el Congreso sendas contrarrevoluciones.
            Un gastado proverbio enseña que quien no conoce la historia, está condenado a repetirla.
            En México la historia se repite. 

En puestos de revistas

Nuestra edición del mes de junio.